martes, 30 de noviembre de 2010

Un pequeño cuento para ustedes mujeres...

La violencia no se detiene con violencia, sin embargo, esta vez ya era muy tarde para lograrlo, no tengo salida, ante situaciones como esta no hay opción, vives o mueres...si tan sólo hubiera escuchado.
Todo comenzó una noche de verano, Jacobo, Mario, Mercedes y yo salimos a caminar y tomar un café, habíamos ido de vacaciones a la playa, todos estábamos felices en aquel momento, Jacobo era tierno, inteligente, travieso, respetuoso y le encantaba la naturaleza, todo lo contrario a Mario, quizá debido a su inmadurez. Mercedes, una mujer de carácter firme, bien educada con clase, difícil de conquistar, tenía sentimientos puros por Mario, lo que la volvía sumisa ante él; ante los ojos de su amado ella era su musa, su delicada dama y luminosa hada, ¿cuántas veces no se lo repitió?
Su noviazgo había comenzado mal,  y más que algo serio parecía un juego, (con tantos problemas tontos y sesgados de la realidad). Aunque, cuando todos dieron por muerta esa relación, un resplandor de esperanza se hizo presente y lograron quererse. Para Jacobo fue un disparo a quemarropa, pues, deseando que algún día Mercedes se fijara en él, ella nunca imaginó el cariño que tenía por su persona, pero con el paso del tiempo se resignó con tal de verla feliz, tanto se desvivía por ella que permitiría ser sacrificado por su sentir.
Caminábamos alrededor de un parque, era de noche, buscábamos un lugar donde refugiarnos de los hambrientos mosquitos.
-Sam, ¿aquí está bien?- me preguntó Mercedes
-¡Ah!, claro Mercedes- le respondí

Todos teníamos ya 16 años y como la última en cumplirlos había sido ella, nos pidió celebrarlo en la playa; el mesero llegó y comenzó a tomar las órdenes.
-Yo quiero un mokachino para llevar y que…- dijo Jacobo sin poder terminar la frase,  pues Mario se levantó y le tapó la boca.
-Es para tomarlo aquí- le respondió Mario
-Sí, disculpe, yo quisiera un frapuchino de moka blanco- interrumpió  Mercedes con voz tímida mirando a Mario asustada.
-Ven, vamos unos momentos al pasto Jaco- Mario jaló a Jacobo suavemente con una mirada seria esta vez. Mercedes emitió un suspiro de alivio
-¿Qué sucede?- pregunté, ella se notaba rara desde hace unos días, pero evitaba preguntar para no tener problemas. Mercedes me envió una mirada vacía y de infelicidad.
-Ha estado actuando extraño últimamente…- contestó señalando a Mario, que se movía junto a Jacobo hacia un lugar alejado de nosotras, donde no pudiéramos escucharlos.
-Mmmmm, ¿extraño por qué?- pregunté intrigada
-No quiero decirlo porque se lo prometí,  pero, después de todo eres mi amiga así que…, mira lo que intento decir con extraño es que ha estado muy violento recientemente- Mercedes me miró fijamente
-¿Qué te hizo?- instantáneamente concluí que algo “violento” conllevaba a una agresión física o psicológica.
-Bueno, ya sabes todo lo que hace y como se lleva, ¿no?-
-Claro que lo sé, pero quien me interesa eres tú- ella jaló aire como si se estuviera hundiendo en un barco a punto de sumirse en el inmenso mar, acto seguido se aproximo a mí y tomó con fuerza mi brazo.
-La semana pasada estuvo insultándome, no sé, creo que ha estado tomando mucho en este viaje- el comentario me tomó por sorpresa, ella no se habría dejado, lo que me sacó por unos momentos de mis casillas.
-¡¿Porqué no me dijiste antes?!- susurré enojada.
-Porque me había rogado que no hablara de esto con nadie-
Era comprensible que estuviera asustada, cuando Mario se alteraba, ni su novia podía calmarlo, temblaba y su mano estrujaba tan fuerte mi brazo que parecía que mientras me contaba lo sucedido recordaba cada insulto, detrás de esa ansiedad había algo oculto que ella no me contaba.
-¿Te ha golpeado?- dudó unos instantes y la fuerza con la que me sostenía creció.
-No…- musitó, pero su cara me decía algo diferente, ya lo había hecho, de menos la habría dado una bofetada, seguro le apenaba mucho tener que contar algo como eso, pero no logré descifrarlo en ese momento.
-Ya lo hizo, ¿verdad?- de pronto Jacobo golpeó la mesa, sorprendiéndonos a las dos, -¡Jacobo!- grité sobrecogida, él emitió un sonido burdo y mudo, estaba serio, enajenado, como si algo hubiera pasado, de inmediato volteé y observé a Mario.
-¿Qué le dijiste?-él se encogió de hombros y negó con la cabeza, no me había dado cuenta pero Mercedes ya había soltado mi brazo, dejando una marca roja y tenue, los cafés llegaron y todos comenzamos a cenar, Jacobo.
 No habló durante toda la velada, miraba fríamente a Mario, en cuanto a él, sólo dirigía de vez en cuando una que otra mirada furtiva con cinismo.
-¿Qué se traen ustedes dos?- pregunté cansada de solo escuchar el siseo de Mario, Jacobo se alzó de la mesa y dejó su café.
-Necesito hablar contigo Mercedes- ella alzó una mirada turbia a Mario, algo no andaba bien y  eso lo molestaba.
Jacobo la jaló antes de que pudiese hablar, los ojos de éste no mostraban el mismo carácter dulce, esta vez, dentro de sus profundas pupilas había algo, un monstruo encadenado que necesitaba salir… -vamos- Jacobo la arrastro con él, Mario en seguida se levantó de su asiento.
-Mario, deja que hable con ella-éste me volteó a ver con tremenda cólera en el rostro.
-No voy a permitir que ese vago hable con ella asuntos en donde no le llaman- respondió con furia y sequedad en la voz lo que me indicó que estaba alterado y muy rabioso por lo que decidí acompañarlo para poder hablar yo con él.
Jacobo se había llevado a Mercedes casi a rastras al cuarto del hotel donde dormían él y Mario juntos.
-¿Qué sucede Jacobo?- preguntó alarmada Mercedes
-¡Ya dime de una buena vez qué es precisamente lo que te ha hecho Mario!- Mercedes se estremeció, quizá algo le había contado Mario que no había sido de su agrado… -¡Mercedes!- exclamo Jacobo enfurecido
-Él no me ha hecho nada malo-
-Claro que lo ha hecho…- Jacobo se acercó a ella con aires violentos y tomó su brazo con tal fuerza que la comenzó a lastimar, -¿no reconoces esto?, ¿¡eh!?- dijo él con ojos colapsados mientras le mostraba uno de los moretones que tenía en su brazo.
-Jacobo me lastimas...-
-¡Cállate!- exclamó furioso propinándole una bofetada, Mercedes se extrañó ante el comportamiento de su mejor amigo, por primera vez la había golpeado, entonces Jacobo vio una oportunidad para redimirse y aprovechar el momento, estaban solos, no podía entrar nadie al cuarto, era momento de descargar su furia y deseo en forma de castigo hacia su cruel y dulce veneno, Mercedes; se desabrochó la cremallera, Mercedes lo miró asustada.
-¿Qué vas a hacer?- pregunto, Jacobo sólo se limitó a reír y se abalanzó sobre ella con rudeza, estaba a punto de abusar sexualmente de su amiga, Mercedes intentó escapar pero Jacobo no se lo permitió,  tenía más fuerza que ella.
-¿Es esto lo que hizo él? o, ¿acaso te golpeó mientras lo hacía?, recuerda Mercedes, tú eres solo mía- Mercedes empezó a llorar, entonces irrumpió Mario en la habitación.
-¡¿Qué rayos…?!- Mario se aproximó a Jacobo, pero él tomó a Mercedes del cuello, yo llegué un poco más tarde, cuando Jacobo ya tenía un cuchillo reposando en la yugular de mi amiga...
-¡Jacobo!, ¿Qué estas…?- miré aterrorizada a éste
-Cállate- me acerqué a él pensando en que quizá podría bajar el cuchillo pero en vez de eso sólo conseguí un fuerte golpe en la mejilla.
-¿Por qué?- Estaba confundida ante el comportamiento de Jacobo
-¿Creíste que era una dulce palomita Samanta?, yo Jacobo… una dulce palomita, ¿qué no te dijo esta niña lo que le he estado haciendo?- entonces, hasta ese momento comprendí lo que sucedía, el gesto de Mercedes, ese que no entendí, significaba que no era Mario el que la golpeaba a pesar de que todo lo señalara a él, Jacobo.
Se acerco a mí, -Mario no puede moverse, está paralizado del miedo, no quiere perderte a ti y a Mercedes, no es tonto, sabe lo que hace - Mario estaba completamente petrificado, no sabía cómo reaccionar mientras veía como Jacobo tomaba a las dos, éste alzó el cuchillo apuntándome mientras sofocaba a Mercedes con el brazo, -yo creo que es mejor si termino con mi dolor- el cuchillo se movió en mi dirección, si tan sólo hubiera escuchado bien…si sólo lo hubiera hecho no estaríamos en esta situación, lo único que pensé en ese momento fue: “PERDÓNAME Mercedes”, sólo eso, cuando de pronto se escuchó un disparo, Jacobo cayó adolorido al suelo y un policía se acercó a mí, habían escuchado todo el escándalo y por suerte llegaron en buen momento, Jacobo ahora estaba en el suelo tirando sangre, de pronto Mercedes corrió y me abrazó.
-¿Estás bien?- interrogué
-Si…pero ¿por qué…?- Jacobo se carcajeó.
-Porque la amo demasiado- Jacobo sonrió entre dientes, solo mentía…
Estadísticas actuales indican que cada 35 minutos se recibe una llamada telefónica para recabar denuncias por violencia doméstica y tan sólo en la ciudad de México, siete de cada 10 mujeres son agredidas por su pareja, o por su ex esposo en el hogar, el 90% de los casos solicitaron la intervención de la policía, para ser liberadas de una paliza, insultos o malos tratos en el domicilio conyugal. ¡Di no a la violencia a las mujeres!, y si eres una de ellas, has que el cambio sea real, ¡denúncialo!

¡Hola!

Bien, solo paso, primeramente, a saludar en este blog de mi buen amigo VonHellstaker a todos ustedes lectores, je, je, je, y pues para decirles que me he unido a su él, así que si ven algo no muy de su estilo... es porque lo escribí yo ¬¬, debo de anunciar que mi estilo es un poco diferente al de él, así que si no les gusta pueden culparme a mi (y criticarme), mas no dejen este blog, en fin, saludos... y por ahora es todo (pero habrá mas).

lunes, 29 de noviembre de 2010

Una simple alerta


Leyendo blogs, me entero a través de Qué Ciencia de nuevas alertas ecológicas. En realidad no son nuevas, sólo son cada vez más preocupantes. Los datos provienen del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático, y me veo obligado a (intentar) reproducir algunas de las palabras que nos arrepentiremos de no haber escuchado más de una vez.

La industrialización (eso que te permite leer esto) está consumiendo el mundo a tus espaldas. No dejes de leerlo, y luego, si puedes, date vuelta.

El calentamiento global no es una metáfora. La temperatura del planeta aumentó más de más de 0,6ºC en un siglo. Para la Tierra, eso es fiebre.
hasta el año 2010 cientos de millones de personas sufrirán escasez de agua, se extinguirá el 40% de todas las especies y se calculan pérdidas del 30% de todas las zonas costeras húmedas. (Qué Ciencia, 15 de noviembre)


Además indicaron que ese aumento provocará una subida del nivel de los océanos de entre 18 a 59 centímetros, precipitaciones y olas de calor frecuentes así como ciclones más violentos. (La Nación, 2 de febrero)


El dióxido de carbono explica más del 60% del "efecto invernadero reforzado" [...] los niveles atmosféricos de dióxido de carbono están aumentando más de un 10% cada 20 años. [...] La temperatura mundial puede aumentar entre 1,4°C y 5,8°C; el nivel del mar puede subir entre 9 y 88 cm. (UNFCCC, lo vienen diciendo hace mucho)

Algunos consejos de la UNFCCC:

Cuidar el planeta no es responsabilidad de los científicos, ni de Greenpeace, ni del Chapulín Colorado.
Es nuestra.

Reducción de las emisiones: Una manera de combatir el problema en el origen es el consumo más eficiente del petróleo y el del carbón, la adopción de formas renovables de energía, como la energía solar y eólica, y la introducción de nuevas tecnologías para la industria y el transporte.

Ampliación de la superficie forestal: Los árboles eliminan el dióxido de carbono, principal gas de efecto invernadero, de la atmósfera. Cuantos más tengamos, mejor. En cambio, la deforestación –que es la tendencia actual– libera todavía más carbono y agrava el calentamiento del planeta.

Cambio de los estilos de vida y de las normas: Las culturas y hábitos de millones de personas –en particular, si derrochan energía o la utilizan con eficiencia– tienen importantes repercusiones en el cambio climático. Lo mismo cabe decir de las políticas y reglamentos gubernamentales.

Medidas de respuesta: Deben adoptarse medidas –pronto mejor que tarde– para limitar los daños debidos a consecuencias del calentamiento mundial que son ya inevitables.

Si eres de los que les gustan los memes*, aprovecha tu don y pasa esta información. Es lo menos que podemos hacer.



Este alarmante texto, esta íntegramente igual en http://www.cibermitanios.com.ar/2007/11/la-tierra-go-ni-za.html y como este texto encontraran muchos mas que realmente recomiendo, aunque claro no soy nadie para recomendar nada

*Un meme es, en las teorías sobre la difusión cultural, la unidad teórica de información cultural transmisible de un individuo a otro o de una mente a otra (o de una generación a la siguiente).

lunes, 22 de noviembre de 2010

Manual de auto-ayuda/3

Y después de tanto tiempo, encontré en mis viejas revistas este texto si te has perdido del Manual de auto-ayuda/1 o del Manual de auto-ayuda/2 solo dale clic a esas palabras para ir a la pagina donde están publicadas, pero si como yo no tienes mucho tiempo solo lee esta que no hay mucho problema se entiende perfectamente.




“Te mando el mejor beso que puedo, y tan largo como tú quieras”, le escribió Simon de Beauvoir a Nelson Algren. “Si quieres saber con exactitud cuánto te quiero, tienes que sacar la cuenta de las veces que he empleado una letra: cuántas veces la a, cuántas veces la b, etcétera. Toma ese número, multiplícalo por 10,345 y habrás averiguado aproximadamente el número de besos que me gustaría darte a lo largo de la vida”. La intelectual enamorada. La química del cuerpo y del alma que hace que dos se junten. Lo dice John Travolta en Vaselina: “Sandy, quizá un día, quién sabe cómo, quién sabe dónde, nuestros mundos serán uno solo”. Los griegos ya lo sabían. La mitología afirma que antiguamente hombres y mujeres convivían en un solo cuerpo. Fueron separados por los dioses, cansados de su insolencia, pues eran tan perfectos que competían con lo divino. Desde entonces buscamos nuestra media naranja. “El que ama no vive consigo sino la mitad, y la otra mitad, que es la mejor parte de él, vive y está con la cosa amada”, como dijo Fray Luis de León. Encontrar al otro, complementarse en el otro. Por eso el amor no se busca, sucede. Los franceses dicen que es un latigazo. Es la flecha de Cupido en forma de una voz que se extraña, de unos labios que aspiran al beso. “No hay solución fuera del amor”, como afirmó André Breton. Amaos los unos a los otros, como lo estipula la Biblia. Amor a la pareja, a los hijos, a los seres queridos, a la hermana piedra, a los animales, al universo que nos rodea, a la vida entera que nos ha tocado, a nuestra particular y muy breve circunstancia humana. Es el ágape, el banquete de vida compartida, y la negación festiva del resentimiento y la soledad. El cristianismo opone la otra mejilla. Gandhi habló de la Satyagraha, o verdadera fuerza del amor, como instrumento para el cambio social. Martín Luther King siguió sus pasos y opuso amor a la violencia racista. “Si quieres trabajar por la paz del mundo, vete a casa y ama a tu familia”, como sugirió la Madre Teresa. O lo que André Bretón le dijo a su hija en El amor loco: “Deseo que seas locamente amada”. ¡Qué aspiración tan pura, tan exacta, tan sublime! Se lo dice cuando está a punto de cumplir dieciséis años, “pronta a encarnar ese poder eterno de la mujer, el único ante el cual me he inclinado”. Propongo una cosa, con todo y lo cursi que suene: hacer de ese deseo el nuestro, para los demás y para nosotros mismos. La consigna es amar y ser locamente amados. Estar agobiado de todo menos del amor, que nos salva y nos redime. El propio Octavio Paz entendió que al amar “brotan alas en la espalda del esclavo, el mundo es real y tangible, el vino es vino, el pan vuelve a saber”. Estar enamorado, con todo y que uno se sonroje al decirlo. Estar enamorado, y aunque el amor también es lágrimas y celos, dolor e incomprensión, conflictos de pareja y la eterna lucha por el pan, asumirlo como un compromiso vital. Enamorarse como acontecimiento único y extraordinario, volver a sentir las mariposas, experimentar en un beso todas las respuestas del universo, ser feliz porque sí, vivir en carne propia el mandato de San Agustín: “Ama y haz lo que quieras”. Llenarse de frases amelcochadas, de caricias honestas, de un nuevo brillo en la mirada, de flores sin espinas. Saber que el amor no es para siempre si no se renueva y que no es para todos sino para unos cuantos privilegiados. Repetir, como Beauvoir: “Nunca te vas de mi corazón. No habrá muerte entre tú y yo”.


Autor de esta como de las demás entradas de auto-ayuda: Mauricio Carrera.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Somewhere [Extended Version]

Si llevan algo de tiempo leyendo por este sitio, se darán cuenta de que realmente me gusta colgar poesía de vez en cuando, si es la primera, segunda o tercera vez que pasan por aquí les doy una bienvenida y los invito a que comenten aunque sea solo para decirme que no se escribir pero esa es otra historia.


El punto de toda esta palabrería introductoria es para decir que la poesía esta por aquí nuevamente y lo peor de todo es que es de mi autoria según mi publico compuesto de una sola persona dice que soy bueno en la oratoria pero no le creo nada. Pero eso es suficiente vayamos a lo que escribí:




Solo aquí en medio de la nada
veo ahora que mi vida esta acabada 
nada alrededor hay a la distancia 
y el sendero arremete con una aura vacía

Solo aquí sin esperanzas 
caminando sin alguna enseñanza
como un muerto sin vida
es inminente mi partida

Un día sin mucha calma
llego ella con sutilidad invertida
mostrándome un rumbo con alma
decidí seguirla avanzando hacia la nada

Hasta que un día la vida con fuerza me golpeo
y sordidamente me despertó 
 ahora me ocupare en levantarme
y así seguiré matándome 


Puesto que ella se ha ido
diciendo no todo esta perdido
y nuevamente estoy inmundo
en la luna como mi mundo


Ya que por creer lunático seré
y de eso no me arrepentiré
hasta que encuentre a alguien
antes de que me desahucien 



miércoles, 10 de noviembre de 2010

Un día

La vida es muy sencilla, cojo mis lentes al mas estilo Elton John casi inmediatamente después de levantarme, si tengo todavía sueño pongo ese disco de Los Rolling Stones que me regalo mi musa Michell. 


Al desayunar tomo el periódico puesto en la puerta de antigua madera hecha puramente al estilo barroco y leo los horripilantes hechos del día aunque algunas veces pareciera la repetición de ayer.


Antes de salir para ir a trabajar, tomo del estante el único libro que poseo, esta en francés para que no se me olvide que alguna vez tuve sueños de salir de este lugar. 


Saludo con una dulce sonrisa a todos mis compañeros de trabajo aunque la mayoría me caiga mal. Me siento en mi cubículo de 3x2 mts que relativamente es enorme a comparación de la mayoría de ellos.


Me apuro a trabajar, no porque me guste o disfrute de mi trabajo, sino para salir mas rápido de el.  Pero al llegar la hora del almuerzo me dirijo a un pequeño lugar que se encuentra a unas cuantas calles, me gusta caminar aunque sea el mismo recorrido todas los días.  


La encargada de ahí es muy linda, a mi me parece que tiene ascendencia asiática pero eso no importa, pido lo mismo de siempre y me retiro, mas en esta ocasión ella me regala unos cerillos, no se como lo hizo pero pareciese que reconoce mi cara de fumador. 


Llegando la hora de salida salgo corriendo de mi prisión sin siquiera pararme para despedirme de alguien, siempre he pensado que es una perdida de tiempo.


Ya en el hogar, busco esos cerillos que me regalaron, y enciendo la vieja pipa que me regalo mi abuelo la cual algún día me matara.


Y bueno la escuela me absorbe demasiado, y esto lo improvise en ella, claro le agregue unos detalles pero en fin espero que les haya gustado 

No lo encuentras?, deberías de buscar por aquí